Tercer número

EDITORIAL

La poesía se vive siempre desde un cauce autobiográfico: el poeta que la escribe piensa en su contexto y el lector que la hace recolecta la experiencia de su ávida mirada y pone en su sitio al espéculo de las palabras. Los autores que colaboran en este número se ven hermanados. La sonoridad de sus voces se mueve en un arroyo donde la memoria se posa como un semblante: los recuerdos son los peces, y su movimiento un eco que se pierde entre la delimitación siempre cambiante de cada litoral.

En este tercer número se vierte la abundancia del caudal: hay dolor revocado a través del enemigo en las palabras dictadas por el escritor español Carlos García Gual. Las palabras consagradas al agua caen y se levantan mediante una fresca crítica que se hace a la obra de José Gorostiza. Y en este doble movimiento de reflejos, la parábola evangélica resuena en varias voces poéticas: “…Dios aproximó la espada / No el sustento del pan, no la hogaza, no la paz”. En Dios, también se unen la fe y la culpa.

Pero también las palabras hacen nacer a un bosque o a un pozo donde la esperanza de Eleos aparece y deja ver –como en una fugaz escena– la importancia del abrazo cuando sucede una tragedia. Además, la música de Arvo Pärt se hace presente, junto a las palabras del poeta David Huerta, quien nos comparte desde la intimidad de su pluma su acercamiento a Rubén Bonifaz Nuño. En Sala de espera recordamos la poesía de Salvador Gallardo Topete a través de una selección preparada por su hijo, Salvador Gallardo Cabrera, y por Ilse Díaz Márquez, quienes nos hablan desde el profundo compromiso con la realidad que tenía Gallardo Topete y cómo la esencia de la poesía se encuentra en la pura experiencia humana. Entregamos así al lector este número, para que las palabras resuenen desde su construcción y en el movimiento de su propio litoral.

Mariana Estrada

P R O S A

Biografías imaginadas, por Nitzhui Morales Pineda

Al principio, él se mostraba incrédulo, se burlaba dulcemente de mí y me llenaba el rostro de besos tranquilizadores. «¿Cómo podría amar a alguien que no fueras tú?», me susurraba al oído mientras me abrazaba por la espalda. Entonces yo cedía a sus palabras, sucumbía a sus caricias y me abandonaba al placer de los…

Alina, por Iván Medina Castro

A Arvo Pärt Sólo la confrontación con el espíritu, con la luz, conmueve. Ludwig Wittgenstein ­­­­­­­­­ —No me jodas hombre, sé que todo este embrollo referente a la disposición nupcial es una total barbaridad, pero no puedo hacer más. Ya he hablado con el señor intendente, con varios potentados y hasta con los reacios del…


Serie

de

Noemí del

Rocío Ortíz Hernández


H U R O N E O

«Me entristece profundamente el país, que entró en una espiral de desintegración hace ya algunos lustros. No se ve cuándo se detenga el desmoronamiento. Una pena. Lo digo porque estoy empeñado en componer un poema sobre esa tragedia abismal».

— David Huerta


Acerca de mi trabajo poético: David Huerta

Entiendo que quieren ustedes saber por dónde ando en estos tiempos. Un poquito lejos de Lezama Lima, debo decir cuanto antes. Pero nunca demasiado lejos. Creo que, puesto que soy gato viejo, ahora no rasguño los muebles para afilarme las uñas navajeras como lo hacía antes: rasguño la memoria, mueble magnífico, y paseo por los…

Sobre Rubén Bonifaz Nuño: Comentario de David Huerta

Creo que comencé a leer a Rubén Bonifaz Nuño hace más de medio siglo. Lo admiré y lo admiro enormidades como poeta, desde luego; pero también me gustó mucho —y solía citar pasajes que sabía de memoria— su prólogo a los cármenes de Catulo. Sus libros estuvieron conmigo largos años; en realidad nunca los he…


Fotografía: Víctor Benítez

Llorar la muerte del enemigo: un texto de Carlos García Gual

Nada más natural que llorar la muerte de un ser querido, un familiar próximo o un amigo querido. El dolor ante esa ausencia repentina e irreparable nos desgarra como una herida ardiente, de la que parece imposible hallar un pronto consuelo. Y, por tal motivo, en la literatura de todos los tiempos, desde los más…


P O E S Í A

Elegía del Dios que fue culpa, por Javier Paláu

¡Ay de ti, oh mi Dios, aquél que fuiste;tú que sólo en mí, sólo por mí,la vida humana degustaste,pues fuiste sólo imagen en mi mente!Sólo al imaginarte siempre eterno,mientras te imaginé, viviste siempre;fuiste sólo en mí un ser divino,fuiste, no eres más, la ley por que me rijo. Y así viviste, Dios,en el cielo invisible…

Mori no tanjō (Nacimiento de un bosque), por Diego Alejandro Mercado Villarroel

Estas raíces que se estiran y se arrastran constringentemente intentan estrechar el espacio y llenarlo (eso pienso). Mientras tanto, las vibraciones en el aire se evaporan, flotan y mantienen el registro del sonido y lo que está pasando en el instante (de esto estoy seguro). Las palabras, en cambio, que han nacido del choque del…

El atroz combate: un poema de Olín Emiliano Robles Riestra

Jesucristo no quiso unirlos sino separarlos, como en la parábola de las ovejas y las cabras. Jesucristo dijo: «No vine a traer la paz sino la espada. Mesías o Satán o Tentador, era considerado como uno de los antediluvianos, es decir, como una de nuestras energías. WILLIAM BLAKE Con dulce reverencia comulgo las leyes Del…

Reflejos: un poema de Mario Alberto Santoyo

A Oscar Niemeyer A rompevientos las formas esculpen humedales de vacío, un piloto en Brasilia; reflejos que pintan armonía en las sombras del agua, un velero. En la esquina de una curva el aire reinventó el espacio con muros de poesía fresca y palmeras de nieve. La vida es un vendaval de concretos blancos e…


E N S A Y O

Tres dibujos

de

Mario Alberto

Santoyo


S A L A D E E S P E R A

«Para Gallardo Topete nuestro tiempo era definitivamente adverso, injusto, corrupto, pero nunca desesperanzado. En él la poesía tomaba su lugar como respuesta igualmente radical a las lógicas y los mecanismos de dominación que nos acechan y nos alcanzan diariamente» — Ilse Díaz Márquez

Lección de permanencia, selección poética: Salvador Gallardo Topete

Y si el amor no fuera* Y si el amor no fuerasino la sombra de una sombra.La imagen de un espejo capturadapor los espejos del agua,el ademán apenas insinuadode un pájaro sin alas,la ceniza de un fuego no iniciado…Y si el amor sí fuerano sombra de la imagen,sino sustancia en sícapaz de reflejarse:no ademán, sí…


Síguenos en redes sociales

Los Demonios y los Días, año 2, núm. 1, es una publicación semestral hecha en Guanajuato. Su versión física se imprime con el apoyo del Programa Editorial Universitario, Alonso núm. 12, Centro, C.P. 36000, Guanajuato, Gto., en los talleres de Gesta Gráfica, bulevar Nicaragua núm. 506, colonia Arbide, C.P. 37360, León, Gto. Dirección editorial: Mariana Estrada Gaytán. Redacción y corrección de estilo: Gabriel Alfonso Pérez Reyes y Francisco Javier Martínez. Formación y diseño de portada: Mayra Nohemí Montes Pérez. En portada Protesta de Jóvenes Contra Reglamento de la Ciudad, de Rubén Pax, con permisos de reproducción del autor.