SEXTO NÚMERO

E D I T O R I A L

Hasta hace poco, comenzamos a reconocer nuestro centro-fuera-del-centro: el valor de mirarnos a los rostros. Todavía, a la vuelta de nuestras casas, de nuestras camas, la pandemia hace un eco —más o menos resonante— y, aunque portásemos un cubrebocas y pocas incertidumbres desatadas, hemos encontrado nuevas formas de buscar más preguntas frecuentes en los rostros de quienes nos observan y de aquellxs a lxs que deseamos enunciar para reconocer: una forma de dejar de escapar del exilio de lxs otrxs; escapar de la diáspora de lo colectivo gracias al gesto de cuestionar(nos).

En los últimos años se ha despertado —fortunio anacrónico— un interés por escribir y leer acerca de la naturaleza, de las plantas y de los animales, pero también, de lo que aparentemente carece de importancia al pisar la línea descentralizada de la Ecocrítica: los lenguajes y pensamientos de multiespecies no clasificadas dentro del animalia o plantae.  Este número es una prueba de ello, una colindancia entre los cuerpos humanos y los no humanos —acaso una forma de lo que comúnmente llamamos “echar raíces” o de “volvernos piedras”. Aquí encontrarás textos de autorxs como Alexandro Castro, Meryvid Pérez y Armando Góngora Moreno, que con una admirable claridad exploran los relieves sobre la (im)posibilidad humana de “exhibir la libertad de las aves”, de verse en su libertad; o bien, de tender un juego de azar para liberar bestias, a decir de Pérez.

También se suman a este discurso las galerías «Quemar la película, salvar el ecosistema» de Iván Martínez y «Michoacán» de Gabrielle Zavala, cuyas colaboraciones dialogan con “la sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal” —en palabras de Stefano Mancuso— desde la refutación de la incapacidad comunicativa de las plantas.

En el entendido de que este es un mundo que no logra sobrevivir del todo, los rostros que aquí se presentan son varios: un “Bifronte” o “dos cabezas [que] reposan / una sobre la otra” como en plena disposición de encontrar en lx otro el espacio de lo que unx no tiene, como en una clase de desenvolvimiento tendido. Así aparecen también en este número los rostros que Zauriel, Agustina Zabala, Irene MD, Yesica Orozco y María Paula Hinojosa nos permiten ver del (des)amor, del dios de hambre o de sueño (o de las dos cosas unidas), de las extremidades humanas y, desde luego, del tiempo como un agente. La caída, los accidentes, la carbonización, la extinción son diálogos que constituyen este número. Su filamento no es la desaparición o el quebranto — “limpio es el ruido de lo que se quiebra sobre sí mismo” — sino la coalición con algo más que está fuera de la línea antropocéntrica.

Aquí encontraras, queridx lectorx, una familiar forma de reconocimiento insospechado. Bienvenidx a su ironía.

—Mariana del Vergel


P O E S Í A

«cubrirá tu barrio// esta nube gelificada// que corté con un cuchillo de pan»
No podemos sentirlo por primera vez la segunda vez , Agustina Zavala

Dos poemas de Agustina Zabala

no podemos sentirlo por primera vez la segunda vez primero, cubrirá tu barrio esta nube gelificada que corté con un cuchillo de pan de solo admirarla tus vecinos curiosos quedarán…

Fotografía de aves, de Alexandro Castro

Una señora, entrada en años, vino a ver una exposición de pájaros. El año pasado no vine debido a la cuarentena dice a la guía del museo, pero desde hace…

QUEMAR LA PELÍCULA, SALVAR EL ECOSISTEMA

Serie fotográfica:

Iván Rmz

Dos poemas de Zauriel

Algunas cosas son más efímeras que otras Si revelas una fotografía con infusión vegetal, el sol hará que la imagen se borre con las semanas; no tuve chance de tomar…

INTROSPECTIVE TRIP

Obra fotográfica:

Yesica Orozco

Dos poemas de Carlos Rutilo

Los caminos de la ola   Mi padre también es una ola que no alcanzo a descifrar con el tiempo.    Sólo sé buscarlo entre los retazos de niebla que es…

MICHOACÁN

Serie fotográfica:

Gabrielle Zavala

Actos en vela, de Eduardo Samuel Rivero Reyes

Y, amor, cuando regresas  el ánimo turbado te presiente  como los ciervos jóvenes la vecindad del agua.  Rosario Castellanos I  Y sí: era él.  Resulta curiosa la forma en…

Escolástica es amor, de Eduardo Serdio

I  Y los días pasaron con sus noches.  Empezamos a sabernos y a encontrarnos;  así entendí que el lado izquierdo de la cama   pertenecía a mi singular especie  y…

PALABRAS DIARIAS

María Paula Hinojosa

y Enrique Escotto

Tiempos de Dios, de Irene MD

Los tiempos de Dios son perfectos.   Las estaciones  en que cantan las aves  los besos  el alba  y la felicidad de los niños,   son siempre precisos.  La angustia …


P R O S A

«Salvar bestias del infierno es más que un juego de azar: el jugador elige una, estudia su sitio y gira la tuerca que debe coincidir con la dirección deseada»
Remembranza del juego, Meryvid Pérez

Remembranza del juego, de Meryvid Pérez  

Incendios. El pájaro; los cuerpos que come y defeca. Perras en cascos. La cerda vestida de monja. Lagos nauseabundos, balsas enraizadas y la mujer con el dedo en su cabeza.…

Refugio, de Armando Góngora Moreno

Recuerdo aquel invierno que pasé en la casa de mis abuelos, en un pueblo perdido a las afueras de Chihuahua.   Había poco más de cien personas viviendo ahí. Cinco eran niños, como yo. De…

Los acasos, de Ian García

A mí de veras me asombra la vida y sus caminos. Me asombran los acasos. Como dice la famosa canción del colombiano Omar Geles: «Los caminos de la vida / no…

Bifronte, de Eduardo Sabugal Torres

CARA A Contemplando el plato vacío sobre la mesa de madera recién ensamblada, aún oloroso a sopa de tortilla, junto a trozos de totopos de maíz azul y migajas satelitales alrededor…

Un accidente, cuento de Mauricio Mejía Romero

Unos pájaros, que imaginé posados en el pretil de la ventana, comenzaron a cantar. En una situación normal ese sonido me hubiera causado placer, pero ahora provocó en mí una sensación…


E N S A Y O / R E S E Ñ A

«Flanear es, en no pocas ocasiones, recorrer los recovecos más oscuros donde el yo se desplaza entre movimientos internos y externos, como una calle abandonada buscando ser transitada, de nuevo significar: Las formas del Sutra se atraviesan con el blues.»
Remedio chino e infalible […], Jonathan Mirus

Todo lo que me nombra o me evoca: Rafael Vega Albela

El surgimiento de la revista Taller trajo consigo una extraordinaria renovación en las letras  mexicanas. Poetas como Octavio Paz, Efraín Huerta, Neftalí Beltrán y Alberto Quintero Álvarez serían los encargados de…

ROSTROS EN SOMBRA

Serie en monotipia:

Carlos Daniel Méndez García


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Los Demonios y los Días, año 4, núm. 1, es una publicación semestral hecha en Guanajuato. Su versión física se imprime con el apoyo del Programa Editorial Universitario, Alonso núm. 12, Centro, C.P. 36000, Guanajuato, Gto., en los talleres de Gesta Gráfica, bulevar Nicaragua núm. 506, colonia Arbide, C.P. 37360, León, Gto. Dirección editorial: Mariana del Vergel. Redacción y corrección de estilo: Gabriel Alfonso Pérez Reyes y Francisco Javier Martínez. Diseño y asesoría visual: Noemí Ortiz. En portada: Yesica Orozco, «Fotografía digital» de la serie Diálogo entre cuerpos.