
Entrevista con la escritora y traductora Andrea Muriel

En esta ocasión, tendemos una puerta en la sección de Huroneo a las y los lectores a la voz de la joven poeta, traductora, editora y gestora Andrea Muriel. El equipo de Los Demonios y los Días nos acercamos ávidos a su labor literaria, con el fin de realizarle una serie de preguntas.
Corridos de caballos, fragmentos, Luis Fernando Rangel
Mi padre tenía un caballo que yo nunca monté cuatrialbo cansado viejo se llamaba Calcetín y no usaba herraduras la herradura la guardó para coronar su sueño y ahora un caballo cabalga en mi memoria los recuerdos son otra forma de vivir de volver sobre nuestros pasos como un caballo con las herraduras al revés…
Leer«Padre de los sin rostro// Prometeos de huesos quemados »
Padre Nuestro, Sergio H. García
Padre Nuestro, Sergio H. García
PADRE NUESTRO mío de ellos de los árboles vagabundos perros y gatos de la calle Padre de los diputados sicarios y narcotraficantes de las piedras montañas y todas benditas aves Padre ególatra nuestro danos el pan por el cual morimos por ocho horas al día por el cual luchamos contra estrés y la depresión contralashorasquepasanrápido…
LeerEnésima ausencia, Aldo Vicencio
inúmera porfía juncos silvestres | retorno de aleteos baile entre manos de agua e l d e s e…
Paisaje del mar y luna, Daniel Isaí Mata Velázquez
Siento un deseo que no cesa un ardor que en la inquietud respira un hambre fatal que no fallece un…

L a l e n g u a
Una serie de poemas visuales de Aída Escobedo
A Frugatta, Esteban Gagliardi
Los frutos de pie los frutos de símbolo —quien come una uva y ve una naranja— los desplazamientos. Los frutos del sueño indicaban que no los indicaras, pero les diste cuerpo, Frugatta, y los creíste señal de tu relación con las cáscaras —entre la estela veloz de un filo en el viento, se saludan el…
Madrugada, César López
Has de caminar la madrugada bajo el alumbrado perplejo de que sigas vivo. Y arderás de hambre a pie firme, te…
LeerDe pie, Miralda Pedraza
Estoy muerta de pie bajo el filo de mis tallos se enloquece el tiempo persiguiendo la memoria de aquella llovizna de balas. Me he confesado frente al fuego en busca de una niñez siempre perdida enraizada a la grieta que separa mi carne de mi recuerdo. Pero hay memorias que se callan hasta el último…
Medidas de precaución, Fabricio Gutiérrez
1 Me inquieta pensar que la poesía puede estar en todas partes, como esos topes en la calle que a simple vista no vemos y ya es tarde cuando los advertimos, pegando un salto en nuestro asiento. 2 Sostener en las manos una pecera mientras se va en auto es lo más parecido a tratar…

ABSTRACCIONES y SENTIMIENTOS
galería fotográfica:
Ana Luz Esparza
«La voz de Valeria Luiselli […] se corta, vira, se redirige y aterriza siempre en una autopista. Pasadas algunas millas, la escritora siente como un ímpetu de abandonar el mundo, su mundo, el que ha creado. Decide entonces terminar un capítulo y empezar el que sigu »
Leyendo «Desierto sonoro» de Valeria Luiselli, Ian García
Pun
Punto de c
Leyendo «Desierto sonoro» de Valeria Luiselli, Ian García
Hace no mucho tiempo alguien declaró la muerte del autor. Qué cosas tiene la vida: ese súbito desvanecimiento arrastró consigo, parece, el nombre de quien lo concibió. El desgraciado se hizo un harakiri. Permanece en nuestra memoria, no obstante, un tal Roland Barthes. A mí la muerte del autor siempre me ha parecido una invitación a la agrafía: el texto evaporado en un suspiro. Así describiría Desierto sonoro (2019), de Valeria Luiselli. Una novela que poco a poco…
Mauricio Moncada de León, «Suicidio de mi Otro»: Luis Mario Carmona Márquez
En los poemas de Mauricio Moncada León las ideas se revuelcan una y otra vez, intentan abandonarse y superarse a sí mismas en la corriente unívoca de la representación. Torbellino de calvario: gota a gota, las palabras sangran una imagen distinta. La flagelación de las palabras, la herramienta y el objetivo del poeta. Sangrar es testimonio del contacto, luego nos vemos convertidos en esa misma herida y nos extasiamos. Somos una apertura que busca cerrarse, somos un signo…

DESDIBUJANDO LA REMINISCENCIA:
Karina Jaime
«A Mamita se lo conté el mismo día que la vi bordando mi rebozo, bueno, en ese momento todavía no era mío. Estaba terminando unos pétalos rojos sobre el cuadrillé cuando le pedí que me enseñara a bordar, pero ella no quería hacerlo porque sabe que Olvido se molesta. Es que mi Mamita no me prohíbe aprender de ella mientras plancha o costura, pero Olvido sí. Creo que porque sólo los adultos pueden hacer esas cosas. »
Punto de cruz, Miguel Ángel Peña
Pun
Punto de c
Una casa de alcanfor, Ana Jazmín Sossa
El pasillo corre en silencio, sin moverse. Entre sus mejillas ya no camina nadie más que el tiempo, que le marca los cachetes, el rubor le ha roto los tímpanos. En el…
La verdadera Creta, Leopoldo Orozco
Alrededor de las cuatro de la mañana, justo antes de que el cielo comenzara a mostrar las primeras nubes, alguien reportó haber encontrado, casi cubierto de matorrales y al lado de la…
Disolución truncada, Victoria Marín
Aquí donde nadie me conoce, donde puedo caminar sin el nombre clavado en la frente, donde no soy más que nada, aquí soy, y desde este lugar me dirijo al océano, aquella boca inmensa que traga con…
Finnegans Slumber, por Abraham Valenzuela Hernández
A Leopoldo Orozco y Misael Maqueda, queridos amigos y distinguidos truchimantes. 4 de mayo, 2015 No sé cómo llegó a mis manos, pero lo he encontrado. Desde el primer…
El vacío entre la vida y los sueños, Ana Butanda
Me levanto sobresaltada y asustada, escucho el retumbar del corazón, la sangre palpitante pasando por las venas y las sienes a punto de explotar. Te volví a soñar, ahí estabas tirado, ensangrentado y muerto en medio…
Webinario, por Héctor Manuel Tosca Soriano
Como en un sueño al tercer día participas. Una fiebre disertadora dibuja un auditorio remoto con rostros frente a las pantallas de las computadoras. Te sientes con una erudición que desemboca caudalosa en el mar de…
Punto de cruz, Miguel Ángel Peña
El rebozo cuelga sobre mi cabeza, la tela me acaricia las mejillas húmedas; Mamita le bordó unas flores con punto de cruz y también mi nombre, pero Olvido intentó quitarle el nombre para que ella pueda usarlo. Es que Mamita me lo dio para que guarde porque todavía no me lo puedo poner; hasta que…
El propio deseo, Aurea Ávila
En cada esquina que me paro, tengo de frente al mismo infierno. Nosotros fuimos quienes avivamos esas llamas; esto es lo que nos salvará, aunque ahora nos quememos y el calor sea tan fuerte que por la noche fresca vomitemos sueños amargos. En cada esquina se ve cómo se enfilan los huizaches, que nos llegan…
06.01 [Nostalgia], Ajelet Cabrera
Esta es la historia de mi mechón favorito. Él vivía en la parte trasera de mi nuca. La manera de encontrarnos fue por simple casualidad. Yo cepillaba como de costumbre mi cabello una mañana. Ese día, lo tenía hecho una cascada, imposible de contener con una liga. Seguía tocándolo, pensando en que tal vez lo…
Espantapájaros, J. R. Spinoza
¿Quieres saber cómo terminé aquí? Fue a causa de los cuervos. ¡Vaya que son inteligentes! ¡No! ¡No me pongas esa cara! Esto sucedió antes de que nacieras… ¡Ven, pósate sobre mi hombro! Te contaré la historia. ¿Dónde estaba? Ah, sí… ¡Ustedes son muy listos! Una vez vi un documental acerca de una parvada como la…

L a l u z e s c o m o e l a g u a
galería fotográfica:
Pattho Villagrán
Residencia en el fuego, Héctor Justino Hernández
Saltan las vigas trozadas, hechas diminutos carbúnculos rutilantes que atinan a dispersarse en desordenado concierto. Vuelan las tejas de barro al son de una nota grave y discordante. Asaltan los campos vecinos piezas de rompecabezas del ajuar mobiliario. Aspiran las nubes el polvo doméstico, las partículas familiares, los recuerdos fulminados. Arañan las espigas de fuego…
Asedio, por Monserrat Torres y Andrés Díaz Aguilar
Yo, Ágrafa, última pitonisa de los coloridos templos de Apolo, póstuma intérprete de los imbricados designios que arrancan olores a hierba calcinada, escribo esto. Afuera de nuestro columnado templo, los piadosos están prendiendo fuego al maderamen. Con mazos están destruyendo los cerúleos mármoles y con sogas precipitan las estatuas. Nosotras, las últimas, estamos encerradas aquí,…
Reconciliación, Jorge Meneses
Es tarde. Apresuro el paso. Tomo una calle desconocida porque mi bono de puntualidad está en riesgo. De golpe, me detengo frente a una puerta de madera cuyo diseño extravagante destaca del resto. Está entreabierta. Echo un vistazo pero no logro distinguir forma alguna en la oscuridad. Alguien ronca; un oso, quizá. Sí, pienso, esto…
Escrito sin sentido sobre un corazón ajeno, Emilio Palomino
¿Cómo te sientes hoy? ¿Tú te sientes feliz? ¿Tú te sientes triste? ¿Tú te sientes enojado? ¿Tú te sientes con miedo? Si dices que te sientes triste, enojado o con miedo está bien. Te entendemos. Después de lo que te pasó es normal que te sientas así. Si tú te sientes triste, enojado o con…
«Padre de los sin rostro// Prometeos de huesos quemados ».
Síguenos en redes sociales

Los Demonios y los Días, año 3, núm. 1, es una publicación semestral hecha en Guanajuato. Su versión física se imprime con el apoyo del Programa Editorial Universitario, Alonso núm. 12, Centro, C.P. 36000, Guanajuato, Gto., en los talleres de Gesta Gráfica, bulevar Nicaragua núm. 506, colonia Arbide, C.P. 37360, León, Gto. Dirección editorial: Mariana del Vergel. Redacción y corrección de estilo: Gabriel Alfonso Pérez Reyes y Francisco Javier Martínez. Formación y diseño de portada: Mayra Nohemí Montes Pérez. Diseño y asesoría visual: Noemí Ortiz. En portada: Gabrielle Zavala, Los bañistas.