Sexto número

Actos en vela, de Eduardo Samuel Rivero Reyes

Y, amor, cuando regresas 

el ánimo turbado te presiente 

como los ciervos jóvenes la vecindad del agua. 

Rosario Castellanos

I 

Y sí: era él. 

Resulta curiosa la forma en la que nos encontramos, 

uno frente al otro, 

la verdad, nuestra supuesta verdad. 

Y más cuando nos reconocemos, 

en la entrada, 

con un boleto en mano 

y la entera satisfacción 

de viajar en el tiempo. 

Dos personas que delante de un escenario 

sueñan el desenlace sin detenerse. 

Impuesto el destino 

sólo queda abrazar el mandato del director. 

Ruptura (¿podría ser de otra manera?), 

tensión (como siempre), 

ser el personaje (no el que llora, el otro), 

perfila el personaje (líneas de contorno, un globo), 

el vestuario (vivo, flojo, que se ajuste), 

el tema (lo importante siempre es el tema) 

y el control de tablas. 

Silencio, 

es el momento de salir, 

de darlo todo; 

sólo descubres un par de cuerpos, 

el viento que entra por la puerta, 

sin límite, 

sin un espacio en el cual puede construirse la libertad 

y el acto, 

la jornada, 

se deja ir por la ventana 

mientras las dos cabezas reposan 

una sobre la otra 

en el entendido de que es un mundo, 

otro mundo, 

que no logra sobrevivir del todo. 

II 

Pasamos de largo y me pregunto 

si las palabras de Rima se sostendrían en un momento como éste: 

el cuerpo que yace frente a la puerta 

y cuya piel reclama en un último intento. 

La supervivencia, 

la célula que intenta desprenderse de la muerte, 

ganar un poco de tiempo, 

quizá un aliento nuevo 

aparezca en la esquina. 

Sólo puedes pasar tu brazo por detrás de mi cuello, 

hacer como si nada importara en ese momento, 

concéntrate; 

“dejar que el cuerpo caiga” 

es una frase que repites hasta que llegamos, 

una entrada 

y la luz nos ilumina. 

Pasan los vagones 

y no crees conveniente 

pronunciar alguna otra palabra, 

una frase diferente: 

“dejar que el cuerpo caiga”, 

“dejar que el cuerpo caiga”, 

“dejar que el cuerpo caiga”. 

Al salir del túnel 

creo reconocer a Antígona, 

caminando, entre los pasillos del metro.

 

III 

Otra hoja, 

otra vez; 

¿Se acaba, ahora sí,  

la tinta? 

Eso parece. 

Sólo hay luz por mitades, 

fragmentos que parecen  

despegar del suelo 

y acomodarse en el espacio 

que se abre entre mi mano y la tuya. 

No. 

Es una situación que he creado, 

no puede salir del papel, 

es un personaje, 

es un deseo 

y fielmente, 

considero que este ejercicio 

no tiene sentido alguno. 

Apago. 

Permito que mi esencia se estire. 

Recostado, 

me doy cuenta que no he terminado. 

Eduardo Samuel Rivero Reyes

(Ciudad de México, 1992) Licenciado en Escritura Creativa y Literatura por la UCSJ.  Actualmente se dedica a la docencia y promoción de la lectura.

0 comments on “Actos en vela, de Eduardo Samuel Rivero Reyes

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: